Piquillín vivió a pleno una exitosa vuelta del Carnaval

Más de 2 mil personas se dieron cita para disfrutar de las comparsas y batucadas, y de la vuelta de los disfrazados y la carroza humorística.

El pasado sábado 26 de febrero, Piquillín volvió a vivir una noche de carnaval después de dos años y el resultado fue un éxito rotundo.

Más de 2 mil personas se dieron cita en el corsódromo local para disfrutar de las comparsas y batucadas, y de la vuelta de los disfrazados y de una carroza humorística.

Llegada la noche, con una temperatura sumamente agradable, la gente comenzó a ubicarse al costado del circuito, cuando los locutores (100%locales) Eda Cardozo, Fabián Gauna y Ezequiel Musso, dieron la bienvenida al público y el paso a dos agrupaciones bolivianas que fueron las encargadas de realizar la apertura el show, con sus bailes característicos.

Luego fue el turno de Taperigüa, la comparsa y batucada de Monte Cristo, que desplegó todo su arte por el predio del ferrocarril, con la siempre destacada presencia de Walter Montenegro, «el Señor Carnaval».

Allí empezaron a aparecer algunos disfrazados, como la mini cumparsera y los destacados de la noche L-Gante (también en versión mini) y Ulises Bueno, que hasta se animó a cantar ante la gente.

Una parodia de un medio periodístico también asomó en la noche piquillense para hacer reír a chicos y grandes.

Cuando el predio ya se había colmado, fue el turno de la performance más esperada: el desfile de la comparsa y batucada local Tantacuma.

Los artistas locales, con un apoyo total del público, la rompieron, con el ritmo de los batuqueros y el estilo y la simpatía de las cumparseras, todo amalgamado con un vestuario circense que hizo que la noche sea pura felicidad.

Parecía que después de la pasada de Tantacuma, nada más podía faltar en la noche, pero sí. Faltaba la vuelta de la carroza humorística, un número muy característico de los «corsos» de Piquillín, que llevaba algunos años de ausencia en esta fiesta.

«El regreso del Rancho: la Jaula de las locas», fue el nombre del grupo de jóvenes locales, un homenaje a aquellas carrozas que divirtieron al público, en los antiguos carnavales.

«Ha superado nuestras expectativas. La verdad es que nos esperábamos tanta gente. La noche se presta para disfrutar del carnaval y la gente lo está aprovechando», le comentó a la pasada a este medio, el intendente Horacio Rubiolo.

Tras el reconocimiento que el municipio le hizo a los encargados de las comparsas y batucadas, llegó el turno de «La Tribu», un plato fuerte que llegó desde Villa Santa Rosa con su habitual estilo y un agregado de trompetas, que hizo levantar al público de sus sillas.

El cierre con «Pablo y Leo» vino a ponerle la frutilla al postre de este evento que volvió con éxito a la localidad.

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