Parque Ansenuza: denunciaron el robo de una trampa de captura cuidada de chanchos cimarrones

“Entendemos que por las condiciones de aislamiento e inaccesibilidad del sitio donde se encontraba, el hecho solo pudo haberse concretado por personas que conocen bien la zona”, dijeron desde la Adminitración.

Desde la Administración del Parque Nacional Ansenuza denunciaron el robo de una trampa de caída para la captura cuidada de chanchos cimarrones, la cual había sido instalada hace unos meses.

“Esta iniciativa que demandó un gran esfuerzo en términos económicos y de gestión significaba una gran oportunidad para comenzar con acciones de manejo de una especie invasora que está provocando impactos altamente negativos en nuestros ambientes nativos y sistemas productivos de toda la región y el país”, destacaron las autoridades del área protegida.

“La semana pasada nos encontramos con la noticia de que la misma fue sustraída del lugar en donde fue instalada, llevándose todos sus componentes”, comentaron.

“Entendemos que por las condiciones de aislamiento e inaccesibilidad del sitio donde se encontraba, el hecho solo pudo haberse concretado por personas que conocen bien la zona”, agregaron.

Esta trampa es la única de estas características en la Argentina, por cuanto se solicita información a los ciudadanos para dar con el paradero de la misma.

Como es la trampa para chanchos cimarrones

El Parque Nacional Ansenuza, en Córdoba, adquirió la trampa de captura viva con activación remota para el control del jabalí en el área protegida, en el marco de las acciones de manejo destinadas a mitigar los impactos negativos generados por la especie en el Parque.

El jabalí o chancho cimarrón (Sus scrofa) es una especie exótica invasora que, por sus características biológicas, constituye una grave amenaza para los ecosistemas nativos. Genera desde desequilibrios ecológicos, impactando sobre valores naturales, sociales y culturales, hasta importantes pérdidas económicas.

Es considerado un ingeniero ecosistémico por su capacidad de modificar las condiciones ambientales y, por efecto cascada, provocar cambios importantes en todos los niveles de organización y funcionamiento del ecosistema. Además, constituye una amenaza en términos sanitarios, dado que es vector de más de 38 enfermedades, muchas de ellas con incidencia sobre la fauna silvestre, doméstica y el ser humano.

Frente a esta problemática, se incorporó esta herramienta que es la primera de su tipo en toda la Administración de Parques Nacionales. Para su prueba y puesta en funcionamiento se realizó una jornada de trabajo en campo con la participación de personal de los Parques Nacionales El Palmar, Pre-Delta, Iberá y Quebrada del Condorito, así como del Ministerio de Ambiente y Economía Circular, la Secretaría de Ambiente y la Subsecretaría de Áreas Naturales Protegidas de la Provincia de Córdoba.

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