La selección argentina de fútbol se consagró tras 36 años en el Mundial de Qatar. Tras empatar 3 a 3 con Francia (goles de Di María y Messi x2), los albicelestes fueron más certeros en los penales.
No era fácil, en frente estaba el último campeón mundial y verdugo en Rusia 2018: la selección francesa de Killyan Mbappé.
De todas maneras, con sus recientes pergaminos (Copa América 2021 y Finalíssima 2022), el equipo argentino, con la dirección técnica de Lionel Scaloni, también se presentaba como un duro escollo para el conjunto galo.
Y así fue, con la conducción de Lionel Messi y el desequilibrio por la banda izquierda de Ángel Di María, Argentina impuso las condiciones en el encuentro, desde el minuto cero.
Justamente al Fideo le hicieron el penal que «Leo» convirtió en gol a los 23´del primer tiempo.
Minutos después, en una gran jugada colectiva, otra vez Di María convirtió en una final, para poner el 2 a 0 a favor de Argentina (a los 36´). De esa manera el conjunto albiceleste cerraba la primera etapa con un triunfo contundente y merecido.
En el inicio del segundo tiempo, Francia adelantó sus líneas e intentó ser protagonista pero no pudo, una sólida Argentina se fue adueñando nuevamente del trámite y llevando algo de peligro al arco custodiado por Hugo Lloris. En tanto, el «Dibu» Martínez seguía siendo un espectador más del juego, ante una Francia que generaba poco y nada de peligro para su portería.
Pero todo cambió en una ráfaga, en dos minutos fatales, el 10 francés, que no había aparecido en toda la tarde, metió un doblete para empatar un partido que parecía cerrado a favor del conjunto rioplatense. A los 35´ y 36´de la segunda etapa, el primero a través de un penal y el segundo en una gran definición, tras la mejor jugada que creó la selección francesa en el partido, el marcador se igualaba injustamente.
Los 90 finalizaron empatados en dos y el alargue se avecinaba incierto, para una selección argentina que había sido dominadora en gran parte del partido, pero que ya sin Di María en cancha (reemplazado por Marcos Acuña) y con el 10 y el 9 visiblemente cansados (gran trabajo de desgaste de Julián Álvarez), parecía haberlo dado todo ya.
El primer tiempo suplementario fue mas bien con los dos equipos cuidándose de no recibir un gol más, con una leve superioridad francesa.
En el segundo suplementario, Argentina empezó a proponer más y Lautaro Martínez contó con un par de chances para desnivelar el marcador. Lo que no pudo hacer el «Toro», lo hizo nuevamente el capitán. Tras una serie de rebotes en el área, Messi la empujó con la tibia, ante el desesperado cierre de Koundé, que rechazó el balón, pero que ya había pasado totalmente la línea de meta.
Iban 3 minutos de la etapa final y Argentina se ponía nuevamente al frente del marcador y acariciaba el título.
Francia quemaba sus naves, y con mas empuje que juego, se acercaba cada vez más peligrosamente al arco argentino. Por el lado albiceleste, los jugadores trataban de controlar el juego, sin dividir el balón y esperando que pasen los minutos.
Cuando la Copa parecía que iba a viajar para Argentina, otra vez el astro francés igualaba el marcador. Mbappé metió el segundo penal de la tarde, tras una mano de Montiel en el área. En ese momento, faltaban dos minutos para el cierre del partido. El empate parecía inexorable.
Pero había una jugada más, que aceleró los corazones argentinos y que quizás cambio la suerte (y el animo) de los sudamericanos. En una jugada aislada, al minuto 123, el delantero Kolo Muani se encontró mano a mano con el «Dibu». Fue un segundo en que la esperanza se hizo trizas pero que volvió a renacer con la gran tapada del arquero argentino, que habilitó que la final se definiera por penales. ¡Increíble!
Los penales son una lotería, reza una máxima del fútbol, aunque quizás no sea tan así, y quiénes estén mejor preparados tendrán mas chances de vencer.
De hecho, Mbappé y Messi abrieron la serie metiendo sus disparos entre los tres palos. Fue Coman el primero en fallar, en realidad atajó Martínez, que con el penal metido por Dybala (otro de los más aptos), le dieron la primera ventaja a Argentina en la tanda de penales.
Llegó el turno de Tchouameni, y el volante del Real Madrid, mandó el tiro muy ancho, por fuera de la portería. Y pateó Leandro Paredes (otro especialista), que con su gol amplió la ventaja argentina. Match Point.
Kolo Muani, quien había fallado esa ocasión que hubiera significado la victoria francesa, pateó el cuarto penal francés y fue gol, poniéndole suspenso a la definición.
Ahora la responsabilidad caía en manos (en los pies en realidad) de Gonzalo Montiel, el ex River llegaba con la carga de haber cometido el penal que permitió el tercer gol de los europeos. Pero, el lateral derecho también tenía un gran antecedente, no había fallado ningunos de sus penales tanto en clubes como en la selección.
Y ahí fue «Cachete», empujado por la ilusión de 45 millones de argentinos, y por su propia fe. El argentino engañó Lloris y la colocó abajo a su derecha mientras que el portero viajaba hacia el otro palo.
¡Gol! Gol argentino. Gol definitivo. Gol de campeonato mundial. Gol inolvidable.
De esta manera, Argentina se consagraba campeona del Mundo, en quizás, la mejor final de la historia. Un encuentro con giros propios de una gran historia cinéfila.
Así Messi obtenía su ansiada copa del mundo. Así el fútbol, tantas veces injusto, hacía justicia con el mejor jugador del siglo XXI, y porque no, de la historia.
